Por Margarita Posada
Cuando estaba chiquita y mis
hermanos me querían asustar, yo cantaba muy duro una canción que mi mamá me
enseñó: Yo no creo ni en brujas ni en cocos, a mí no me asustan ni cogen de
bobo. Pareció calar en mí, porque jamás he querido conocer mi destino, hasta
este mes, en el que me he embarcado en la tarea de visitar varios brujos con la
intención de reconfirmar lo que con tanto ahínco me enseñó la canción. El
ejercicio no era engañarlos a ellos, sino ver qué tanto lo engañan a uno. Sin
decir una sola mentira, salí a escuchar cuatro diagnósticos basados en mi
identidad real. Aquí está el resultado.
"Retenga esos nombres"
Mi primera cita con el destino es Parques de Primavera, abajo de la carrera 30,
pasando la 13. Los pasillos están oscuros. A lo lejos oigo perros ladrando
desesperados. A medida que me acerco al 214 descubro que mi destino son los
poodles histéricos. Tienen colitas en la coronilla. No paran de ladrar.
"No van a parar hasta que las saludes" -dice Mónica. Saludo a los dos
poodles hembra con desdén. Mónica Ospina tiene una bata blanca de laboratorio.
Le pido que apague el incienso, soy alérgica. Empieza con un tono muy psíquico:
"Pueden empezar a moverse los objetos o a suceder cosas raras". Me
cuenta que es maestra de preescolar. Trae un vaso de agua y me regaña como si
fuera uno de sus párvulos. "No la puede tocar".
"¿Soltera o casada?". Me frota una pomada en las manos. Después de la
bendición debo repetir con ella una oración. "Fecha, edad, nombre".
Parto, barajo. Por primera vez me advierte: "No se me cruce de pies ni de
manos. ¿Tamos indecisas en tomar una decisión de trabajo? No deje que la tomen
por usted" y repite: "No me cruce las manitas que me mata".
Salen tres hombres. "¿Quién es Germán?". Mi tío.
"¿Álvaro?". No conozco a ningún Álvaro. "¿Quién es
Rodríguez?" -qué colombiano no conoce uno. "Fernando, Marina,
Mariela, Carmen, Manuela, Esperanza". Parece que está esperando a pegarle
a algún nombre. "¿Trances, papeles a nivel legal pendientes?". No.
"Podemos llegar a tenerlos. ¿Qué significa papá?" -para quién no es
importante el papá. "¿Murió?". No. "¿Está enfermo?". No.
"Esta carta significa que va a tener un triunfo o inestabilidad a nivel
salud, cualquiera de los dos" -cualquiera. "¿Tenemos proyectados
viajes? Su hogar está en otro lado con un hombre mayor que no conoce".
"Miguel, John, Marcos, Jaime, Alexander, Alejandro, Rosa, Rosalba, Elvira,
o Elvia..." -lo suyo parece una verborrea de nombres. "Hablemos:
¿estamos solitas? Una persona del pasado nos lastimó" -le gusta conjugar
en segunda personal del plural. "¿Hay alguien grave en su familia? Puede
haber un fallecimiento o una hospitalización. Hablemos: el amor le marca de
tres a nueve semanas. Hay posibilidad de trabajo nuevo, por intermedio de una
persona casada. ¿Blanca, alguien de apellido Forero, Martínez, Bermúdez,
Angarita, Diana, Carolina, Yolanda, Julio? Hablemos: el matrimonio no es para
ya. No se me cruce por favor. Se va a separar. Va a tener de uno a tres hijos;
hermanos, tiene de uno a cinco" -promedios obvios. "Me remonto: un
espacio abierto, muchos carros, gente, usted estaba alejada. Hubo gritos. Tenía
cinco o diez años. Un vestido blanco o rosado, ¿se cayó, se lastimó? Estuvo en
el hospital". No, le contesto seria. No he estado en un hospital. "Cierre
los ojos. ¿Qué se le perdió hace 15 días?". Nada. Más nombres, muchos.
"¿Quién es Chiqui, Negro, Leonardo, Libardo, Leonel, Leonela,
Myriam?". Ya ni le contesto. "Retenga esos nombres" -ha dicho
como cincuenta. Y falta lo mejor. Se asombra. "¿Lo vio?". No.
"Era una luz. Espere." -y hace como si le estuvieran hablando al
oído. "Que ponga un vaso con agua debajo de la cama y duerma con ropa
blanca". Prosigue. "No es alta, pelo en los hombros, blanca, pero
tiende a broncearse. Le gusta mucho el negro y el azul". Aguanto la risa y
le digo que no sé quién sea. "Pelo blanco. Alto, delgado pero no
escuálido, bigote". Sin bigote es mi papá. "Va a tener una enfermedad
repentina, larga y cansona o algo tajante en un año y tres meses. Usted viaja
al exterior en los tres primeros meses del próximo año. Su hogar será
estable" -hace un rato dijo que me separaba. "Gloria, Manuel,
Manuela, Juana, Lina, Marcela, Mariza, Bibiana, Andrea, Marta, Beatriz, Jairo,
Luis, Marco, Raúl...el apellido es rarísimo" -le digo que mi ex tiene un
apellido raro. "Ese hombre tiene un carro gris y va a tener un problema
con ese carro" -tiene una camioneta plateada, curiosamente. "Revise
una foto en un vestido de baño de dos piezas con el pelo recogido y si le causa
curiosidad me llama". Y para cerrar con broche de oro, el número para
jugar el chance y la pregunta de rigor: "¿Ha tenido un aborto?". No.
Le pago $30.000, porque dice que lo de $25.000, cuando hablamos por teléfono,
era porque estaba en promoción.
Doctor Lecter Freud
Es una finca cerca de Guaymaral. Hace frío. Un gran portón verde se abre y me
recibe Germán, el Alfred de su baticueva. Me lleva a una casa que tiene
escaleras de mansión de novela gringa, tipo Dallas. Siento que estoy esperando
a una tía abuela adinerada, pero en cambio entra un hombre con un bastón de
madera con el puño de plata y el semblante del alcalde Garzón. Hablamos de la
calefacción y del aire acondicionado. Dice que detesta el frío y habla de Nueva
York y de Miami. Ve la energía a través del aura. La mía es verde oliva, el
color preferido de Dios. Un alma vieja. Apasionada, muy malgeniada -cierto.
"Inclusive cuando quiere a un hombre lo quiere como una mamá. Solo
teniendo un hijo va a dejar de querer controlar a la gente". Para no tener
que entrar en infidencias, basta con decir que este señor me habla de cosas que
solo yo sé. Habla de mi papá y de lo que yo siento por él como si pudiera
esculcarme. Luego me habla de mi mamá. Su tono grave y pausado me hace sentir
como Clarice en El silencio de los inocentes, cuando visita a doctor Lecter,
solo que no nos separan rejas. Dice que mi plexo solar tiene un escape de
energía por una relación pasada. Le digo que tuve una relación de casi cuatro
años. No. Que es otra más próxima, con un señor casado. Me quedo pálida -cómo puede
saber que uno de mis ex es separado. "Con el otro fue una relación muy
bonita, solo que usted quería ser su mamá. ¿Se lo encontró hace poco, no?"
-una semana antes vi a mi ex novio, después de meses de no verlo. Me habla de
la relación como si la hubiera vivido. "¿Quién es Marcela?" -pregunta
sin titubear. Es la amiga de la que no me separo. "Jamás dude de ella, la
quiere y la admira tanto como usted a ella" -curioso: hace poco menos de
una semana dudé de ella por un pelmazo que salía conmigo y la llamó. "¿Hay
un Alejandro en el trabajo?". Contesto que no conozco ningún Alejandro en
el trabajo. "Usted tiene mucha creatividad. ¿Por qué no escribe?" -y
sonríe irónicamente. "¿Ha hecho periodismo?" -y vuelve a sonreír
irónicamente. Le digo que eso hago, muerta de risa, risa nerviosa. "En
julio cumplió un ciclo de siete años de dedicarse al periodismo. Cuente del 96
para acá" -cómo hace para saber el año en que empecé a estudiar
Comunicación. "Los siguientes siete van a ser tan diferentes que hasta
creo que va a hacer un guión o algo así" -no le digo que escribí una
novela, pero él me habla de "eso". "¿Había un viaje planeado que
no se hizo?" -cuando salí del colegio me iba a París y no me fui. "El
viaje habría cambiado todo". Pregunta por Cristina. Era mi cuñada. Dice
que sigue siendo como hermana mía. Cree que es la ex esposa de un hermano mío,
pero lo corrijo. Es la hermana de mi ex. Cambia de tema y me dice que yo he
debido tener un hijo en el año 2000. Me pregunta si he abortado -eso me
desinfla un poco. "¿Camilo? Hay dos" -uno es mi gran amigo de la
universidad. El otro, no sé. Que del trabajo -recuerdo inmediatamente que quien
me consiguió la cita fue un fotógrafo de la revista que se llama Camilo y eso
me pone a dudar. Pregunta por Roberto. Es mi tío. Dice que lo aproveche, porque
no tiene larga vida. Sigue con María, que es mi cuñada. Me dice que es una
excelente mujer. Que va a llegar una niña a mi casa -si es por María no creo,
porque mi hermano se hizo la vasectomía. Me pregunta si me gusta Alemania y dice
que voy a ir allá. Que mi futuro no está en donde estoy trabajando. Tal vez
mantenga nexos con la empresa, pero debo dedicarme a algo más individual.
Vuelve a Alejandro. Me dice que haga memoria y entonces le digo que puede ser
Alejandro Santos. Lo más fácil de averiguar en caso de que investiguen que
trabajo en Publicaciones Semana, es el nombre del director de la revista del
mismo nombre. Habla un rato del campo laboral. Pregunta que cómo está mi
hermana -no tengo hermanas. "Su hermano de la mitad me cae bien, es más
callado, pero más sensible. Usted dejó de ser hija de familia y luego
volvió" -cierto. "¿Quién es Juana?" -mi amiga del alma. Dice
cosas de ella muy ciertas. "Tiene buena salud, pero tiene que tener
cuidado con el estómago. ¿Se acuerda de su abuela? La mamá de su mamá. Qué
pesar que no la conoció porque eran igualitas, hasta físicamente" -mi mamá
no se cansa de repetirlo. Hay muchos silencios. Él sigue mirándome fijamente.
"Se me olvidaba preguntarle quién es Luis Carlos" -mi último ex novio.
"¿Duraron algo así como 9 meses?" -creo que eso ya se lo mencioné yo.
Luego me pregunta si me gustó, se para y se despide. Le pago los 500 mil a
Germán y me voy con la cabeza echa un ocho.
"Vang a haber unos cambios"
Una Chimoltrufia, en pantaloneta y chanclas, me abre la puerta. Está pidiendo
guascas a domicilio. Hay un poco de ropa en ganchos, tirada en un sofá. Después
de media hora, entra una mujer bajita de piel trigueña y ojos amarillos. Gloria
Landines se presenta y se disculpa con un ligero acento costeño. Me invita a
subir a donde no se oiga el ruido de los obreros que están arreglando un
problema de la tubería. "¿Te gusta el día?". Quedo desconcertada con
la pregunta. Le digo que soy floja para madrugar y barajo el naipe. "¿Esperas
a algún familiar hombre?". No. "Alguien está en evolución para
aparecerse en tu casa. De esta semana no pasa". Golpea varias veces las
cartas con la yema de los dedos, trazando diferentes líneas -me parece
aleatoria la cosa. "En el trabajo hay dos hombres, de piel blanca"
-el tema del color de la piel es determinante para ella. "No están
ambientados. Sin embargo, van a haber unos cambios y pueden favorecerte. ¿Qué
documento estás sacando o tienes en mente sacar? Es algo como un papel o algo
relacionado con un escrito". Me sorprendo un poco y antes de contestarle
que una novela, la dejo hablar a ver si se desvía: visas, pasados judiciales,
etc. Habla del pasado judicial, claro, pero después repite que es un escrito.
"Está lista. Si está proyectada para publicarla con otras personas, puede
haber pequeños impasses, pero todo se resuelve". Y recita: "Vang a
haber alegrías, vang a haber buenas noticias, vang a haber unos cambios. ¿Has
escrito cuentos para niños?". Jamás. Soy periodista. "Pues le cuento
que usted todavía no ha pisado lo que es el éxito de lo que tú haces"
-intercala el tuteo con el usteo magistralmente. "¿Tienes en estos
momentos una relación sentimental?" -estoy comenzando. y ella repite al
unísono como cuando uno trata de seguir la letra de una canción: ".tas
comenzando. ¿Un hombre blanco?". Sí. "Acuerpado, tirando más a
gruesito que a flaquito" -el personaje con el que estoy saliendo es más
flaco que Adrian Brody. Dice que entonces el gruesito es del pasado y que aún
están presentes él y otro hombre. "Tuviste un contratiempo con él. ¿Lo
viste con alguien?". Sí. "Ahí no pasó nada, niña" -será creerle,
pero ya solo importa que me haya hablado de eso. "¿En una relación duraste
más de cuatro años?". Casi cuatro. "Después vino una que duró siete
meses" -cierto. Trato de acordarme de lo que dijo Giraldo. Pregunto por el
mundo laboral. Dice que el trabajo me crea momentos de inestabilidad -¿eso no
le pasa a todo el mundo? Giraldo dijo que iba a cambiar de puesto. Ella asegura
que no ve la salida. "Recibirá una llamada en las horas de la noche, va a
ser sorpresiva" -¿qué llamada no sorprende en la noche?
Me habla de un hermano con un proyecto de trabajo que no está definido -hace
una semana mi hermano anda buscando trabajo. "Es el segundo, el de la
mitad" -es verdad. Me dice que va a viajar y que es casi de mi color -no
sé cuál es el tema del color, pero mi hermano es una rana platanera. "Ah,
entonces sí estamos hablando de la misma persona. ¿El otro es trigueñito?"
-tampoco. "Tu papá debe chequearse la próstata" -cualquier hombre que
tenga una hija de mi edad debe hacerlo. "Tu mamá estuvo enferma" -no.
"Tuvo una pequeña cirugía hace seis años" -le sacaron la matriz hace
diez. "Su papá es ingeniero, arquitecto" -no, es adminis. "trador
de empresas" -termina ella. Que si tengo hermana: no. Habla de viajes y
cambios, otra vez. Que si mi editora es de piel blanca. Ya le contesto con
aburrimiento. "Ella te va a hacer unas correcciones" -claro, eso
hacen los editores. Y como raro: "¿Perdió algún bebé?". No.
Que voy a hacer viajes constantes. Uno de tres días -vienen puentes ¿no? y otro
más largo al exterior. Que el hombre con el que estoy saliendo me va a hacer
proposiciones. Que me voy a casar más de una vez. Que me voy a establecer
afuera, en Estados Unidos -Giraldo dijo que a Alemania o a París. "¿Estás
en contra del matrimonio católico? No lo tienes marcado" -lo mismo dirá
Fernando más adelante. "Vas a tener un hijo varón". Al preguntar por
mi salud me dice que si estuve con gripa -¿hay derecho? "¿Tienes problemas
con el estómago?". No -pero Giraldo mencionó lo mismo. "Vas a vivir
mucho". Pregunto por mi amiga Marcela para comparar. "No es muy alta,
de piel blanca, cabello castaño por los hombros" -la descripción es
acertada. "No puedes confiar en ella" -pasó de la más leal a la más
traidora. Pregunto por mi tío Roberto y me dice que va a vivir mucho -Giraldo
dijo que no iba a estar mucho tiempo vivo. El resto son lugares comunes: que
voy a salir de mi casa y mi mamá va estar un poco triste -qué mamá no se
entristece cuando los hijos se van. Gloria me sonríe y me dice bebé al
despedirse.
"Veo traguito en diciembre"
En el número 16 de la carrera 23 con 76, los sofás son de cuerina rosada
drapeada. Tras pasar un tapete de plástico que dice welcome con la cara del
gato Silvestre, Fernando -que tiene unos cincuenta y pico y lleva una sudadera
con líneas fosforescentes a los lados- saca un naipe redondo y viejo de Drogas
Caldas. Hace una oración al padre celestial. "Eres noble, marca
bonita-suerte-triunfo-y-prosperidad. ¿Estás preocupada? ¿Has tenido problemas
sentimentales?". No. "Vas a tener una pérdida o un robo en un
mesesito. Mucho cuidado" -al fin qué: ¿no era sentimental? Y cómo que me
cuide si dice que igual va a pasar. "Te marca un hombre moreno claro, ojos
carmelitos, pelo castaño. ¿Es alto?". Sí. "Tiene buenos sentimientos.
Te va a proponer matrimonio. Vale la pena. Te marca otra persona blanca de ojos
claros, pelo castaño, igual de alto a ti". ¿Mi ex novio? -muchos se
ajustan a una descripción así. "Sí. No ha podido olvidarte. Van a hablar
en siete días y luego querrá volver contigo, pero lo vas a rechazar" -mi
ex lleva mucho con su novia. "Te marca un luto en enero o febrero, de una
mujer de 55 ó 60 años. No es tu mamá, es una tía que está enferma -mi tía tenía
cáncer, pero los últimos exámenes salieron bien. "Hay un viaje el año
entrante, fuera del país, en mayo, de vacaciones. Es largo". Como no
hablo, continúa. "Algunos obstaculitos fáciles de resolver. Eres una mujer
tranquila" -de tranquila no tengo un pelo. Me ve la cara de extrañeza y
acomoda lo dicho. "Y eso que has cambiado, porque eras más
acelerada". Vuelve a tirar las cartas. "Veo unos traguitos en
diciembre" -el mes de las celebraciones, por supuesto. "Tuviste una
desilusión amorosa. Te marcan dos personas. Una trigueña no alta, no bajita.
Ojos negros, pelo negro" -puede ser cualquiera. "¿Un ex que tuviste
hace tiempo?". No, hace poco. "Eso, hace poco. Al principio se portó
bien, después todo cambió. ¿Era casado?". Sí. "Acá aparece que ellos
volvieron y que ella lo buscaba mucho" -la ex de mi ex jamás lo buscó y
hasta donde sé no están juntos. "¿Tienes un niño?". No. "¿No
tuviste un aborto? Marca un embarazo con un aborto, posiblemente para marzo o
abril del año entrante. En mayo o junio vas a conocer una persona de 35 ó 37
años, blanco, de ojos claros, más bien monito. Te vas a enamorar. Marcan
viajecitos con él. Es de acá. Pueden hasta casarse, pero no por lo católico.
Esa persona te la recomiendo, es muy educada y te puede fluir bastante
dinero" -me vio cara de interesada. "El romance va a ser corto, pero
si llegas a casarte no sufres por lo económico. Vas a tener un varoncito
primero y después la niña, seguiditos, en dos o tres años" -Gloria dijo
que uno. "Te vas a separar de tu trabajo y vas a trabajar en algo
independiente -habla de un negocio, nunca de la novela. Dice que estoy estable
en el trabajo , pero hace cinco segundos dijo que me iba. Luego las palabras
que me tienen mareada ya: "Suerte bonita. Truinfo. Marca cambios".
"¿Tu mamá es blanquita, gordita?". Ninguna de las dos. "Tiene
larga vida y va a sufrir de tensión alta" -ya sufre de tensión alta.
"¿Un hermano?". Dos. "A uno le marca un cambio de empleo"
-cierto. "Vas a vivir fuera de Colombia después" -coincide con todos
los demás. Antes de acabar le pregunto por mi tío Roberto. "Tiene buena
salud" -Giraldo dijo que no duraba mucho. "Le marcan negocitos"
-pero si se jubiló.
Es martes 26 de octubre. Miro el horóscopo del día para Capricornio en varios
periódicos. Todos dicen algo diferente. ¿El futuro depende de la prensa que uno
lee? Hasta aquí mi búsqueda del destino. Cuatro lugares fueron suficientes para
comprobar que nada está escrito y, si lo está, hay mucha gente en este negocio
que no lo ve y en cambio sabe hilar muy fino y conversar. Es más bien una
habilidad sicológica en la que los hechos comunes de una vida cualquiera se
acomodan a un esquema personal. Y a partir de la información que uno va dando,
los gestos y hasta la mirada, ellos van determinando cuáles son las cosas con
las que uno se inquieta o se impresiona. Vuelvo a cantar mi canción, a pesar
del dicho "de que las hay, las hay": Yo no creo ni en brujas ni en
cocos, a mí no me asustan ni cogen de bobo. La vida de cualquier ser humano
está hecha a punta de familia, de viajes, de nacimientos, de muertes, de
triunfos, de cambios, de derrotas. El futuro está a la vuelta de la esquina.
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